domingo, 23 de agosto de 2009

poema


de mínimas heridas lastimado
me voy muriendo a ratos tan ligero,
que me siento lejano y extranjero
del que fuera alegre y confiado.
.
llevo un niño en el alma rezagado
no quiero endurecerme, ¡Ay, no lo quiero!
ni ser un padre, ni tener sombrero
tan solo ser un cantor enamorado.
.
quiero permanecer en la tristeza
y en la angustia de andar como los bichos
perdido por el mundo de la leña

llevar como una novia mi pobreza
y morirme del gusto y el capricho
de ser un animal, que canta y sueña

J. Davalos

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