en una caja de madera
sencilla y del montón
guardo la mejor emoción
de toda mi vida entera
alli en su sarcófago marrón
en esa oscuridad,
por siempre preso
guardé una vez, mi corazón
lo guardé porque alli,
dorado y quieto
descansa hace tiempo muy discreto
mi otro corazón,
A veces, muy a veces,
cuando el brillo de la luz
de la tarde me lastima
con el eco de su voz,
abro la caja y alli,
el latir de mi pecho escucho claro
un brillo me recuerda el de sus ojos
y parece sonar una canción
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