yuyero que con rigores
subes a diario a la sierra
por el camino de tierra
de piedras y de sudores
De mi frente, y los dolores
de mis piernas obsoletas
te pasaba en bicicleta
de camino a mi casita
Me esperaba una perrita
blanca, negra y amorosa
con su mirada mimosa
y su fria naricita
Seguro, seguís subiendo
aquel camino de penas
mientras yo por las arenas
del mar, ahora camino
Ya no mezclamos destinos
ni sudores, ni chancletas
ni pesadas bicicletas
ni sierras llenas de espinas
No hay comentarios:
Publicar un comentario