
de buen rollo, comprension y de paciencia
esa luz que irradiaba su presencia
Y la sonrisa que ella me ponia
No pueden hoy las penas cortesanas
borrar de mi mente aquellas horas
escuchando su voz encantadora
contando batallitas cotidianas
No quiero ser injusto, ni conmigo
extraño el jolgorio y la alegría
el dulce beso al empezar el dia
teniendo las canciones por testigos
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