
todos van tomados de la mano
en un apretado ramillete
no existen amarras que sujeten
les cosas que dejás por el camino
amores, la guitarra, el destino
y la vida, finalmente te someten
A donde recurrir, a que consuelo?
al tiempo que parece detenerse?
espejos donde uno puede verse
cada vez mas ceniciento que su pelo
Y hoy que no me deja mi desvelo
saber a que ruleta hacerle caso
lamento haber perdido aquel abrazo
que hubiera, tal vez, cambiado el vuelo
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