en la terrible soledad del encierro

que solito y abandonado en el patio dormia
y ahora, me figuro que largas que serían
sus noches solitarias, como las mías
esperando impaciente la luz del día
para ahuyentar de su mente los recuerdos
por que no le moleste el lado izquierdo
que el sol se lleve a la campiña
la negra soledad y la morriña
para poder, otra vez, seguir viviendo
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