
el sol brillante amarilleaba el mar
la espuma no paraba de besar
la blanda orilla, de manera obscena
de pronto, en absurda escena
semienterrado, la túnica en jirones
un ángel ciego cantaba sus razones
mientras lloraba como una Magdalena
soy un ángel, desolado por la pena
de haber perdido el cielo que adoraba
la luz que por las noches me alumbraba
la risa que en mi boca sonreía
.
y habiendo ya perdido la alegría
desierto el corazón ya destrozado
al despuntar el día me he encontrado
en piedra finalmente convertido
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