era una estrella fugaz que azul cruzaba
rauda y veloz,la bóveda celeste
y yo era un pobre bípedo terrestre
que con ojos asombrados la miraba
llegó hasta el borde horizontal de aquella nada
y por arte de una magia, suavemente
se detuvo, y con un brillo iridiscente
para mirarme, un instante, se volvió
nunca supe que virtud ella me vió
que le hizo detener en su caminotal vez fuera su error, o el cruel destino
el caso es que mi amor se lo llevó
y ahora que la estrella ya no brilla
y no quieren mirarme sus hermanas
me encuentran diariamente las mañanas
con mis ojos cansados, sin consuelo
de pasarme las noches en mi duelo
con una asiduidad de penitencia
a ver si se repite la experiencia
tendido en el erial, mirando el cielo
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