el santo al que yo le rezo
debe ser sordo y obeso,
y la oración es tan breve
que apenas mis labios mueve
por tanto, no es que me queje
siendo al final casi hereje
pero si fuera creyente...
si la fé fuera mi fuerte,
si yo tuviera esa suerte
Ay, lo que yo rezaría...
A todas horas del día,
de noche, de madrugada
plegarias entusiasmadas
todas llenas de esperanza.
con toda la fé y la confianza
que los milagros son ciertos
esos, que sueño despierto
cuando suena esa canción...
Lástima que mi religión
en vez de Dios, tiene Diosa,
sin cruz ni luz majestuosa
pero vive para siempre, en mi interior
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