En 1517 el Presbítero Fray Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios
que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro
antillanas, y propuso al emperador Carlos V la importación de
negros que se extenuaran en los laboriosos infiernos de las
minas de oro antillanas.
A esa curiosa variación de un filántropo debemos
infinitos hechos: los blues de Handy,
el éxito logrado en París por el pintor doctor oriental
D. Pedro Figari, la buena prosa cimarrona del también
oriental D. Vicente Rossi, el tamaño mitológico de
Abraham Lincoln, los quinientos mil muertos de la
Guerra de Secesión, los tres mil trescientos millones
gastados en pensiones militares, la estatua del
imaginario Falucho, la admisión del verbo" linchar"
en la decimotercera edición del Diccionario de la
Academia, el impetuoso film Aleluya, la fornida
carga a la bayoneta llevada por Soler al frente
de sus Pardos y Morenos en el Cerrito, la gracia
de la señorita de Tal, el moreno que asesinó
Martín Fierro, la deplorable rumba El Manisero,
el napoleonismo arrestado y encalabozado de
Toussaint Louverture, la cruz y la serpiente
en Haití, la sangre de las cabras degolladas
por el machete del papaloi, la habanera madre del tango,
....el candombe
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