bajo el poncho, tal vez escondido
que cuando el corazón esta herido
sangra por los ojos
No se pueden poner cerrojos,
ni vallas, ni diques
y el consuelo que supliques
a cualquiera, nunca llega
aunque el alma ruega y ruega
que te olvides de su amor
eres como el mal doctor
que no cura su paciente
tienes que encallar los dientes
y rogar que no te vean
si tus ojos parpadean
por librarse del dolor
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