la tradición manifiesta que ha de ser
desgraciado, el triste verso del poeta
porque el trazo de su pluma lo sujeta
ese rictus femenino del desdén
pero a veces en el rítmico vaivén
de la vida impredecible y su mudanza
aparece como un sol, esa esperanza
del amor correspondido de otra piel
el desierto se convierte en un vergel
y los versos tienen alas, mariposas
las espinas ya no vienen con las rosas
y el perfume, tiene aroma de mujer
y los besos se consumen de placer
en el tiempo de adorada compañía
regresando del infierno a la alegría
como el Fénix, es que ha vuelto a renacer
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